mayo 12, 2015

Por la autodefensa de masas y la victoria en Islay

El gobierno del Partido Nacionalista ha seguido matando, tal como lo hicieron los gobiernos del Apra en dos períodos, de Perú Posible, del Fujimorismo y del Belaundismo, solo para referirnos a los últimos 35 años. Humala acaba de enviar a las Fuerzas Armadas a Islay para continuar disparando y aplastar la huelga indefinida de la provincia.

Ninguna lucha de envergadura puede tener reales posibilidades de victoria sin enfrentar y neutralizar la violencia de los distintos organismos armados de la clase dominante. Sin destacamentos de autodefensa los explotados se encuentran inermes ante la despiadada represión del enemigo. La autodefensa es la única garantía del método clasista de la huelga indefinida.

La responsabilidad de la movilización de las masas trabajadoras y su autodefensa recae sobre la dirección nacional de las mayores organizaciones proletarias, que son la CGTP y la CUT. Desgraciadamente estas direcciones se han dedicado durante años a no perturbar al gobierno y le han dado la espalda a sus bases y a los pueblos. A 50 días de huelga en Islay, la Federación Departamental de Trabajadores de Arequipa (FDTA) se ha negado a convocar una Huelga Regional Indefinida en Arequipa. La burocracia de la CGTP ha sido siempre enemiga del combate clasista, pero eso sí, permanece abocada al oportunismo electorero tras las distintas variantes políticas de la burguesía.

Una victoria en Islay es muy importante hoy. En la coyuntura, solo una victoria de la inminente Huelga Nacional Minera trasciende su importancia. Ambas luchas representan la corrección táctica del método de la huelga indefinida frente a los tradicionales y estériles paros de un día promovidos por las burocracias sindicales y políticas reformistas. Paros simbólicos sin resultados, pero convocados muchas veces para rescatar del desprestigio a las  dirigencias inconsecuentes. Es el caso del Paro Nacional del próximo 9 de julio convocado por la CGTP, al que como siempre acudirán los trabajadores a luchar, más allá del burocratismo de su dirección. Los trabajadores tendríamos en cambio todo que ganar enfrentando al gobierno en una Huelga General Indefinida, hasta alcanzar conquistas históricas.

Quienes estamos en la lucha para construir una organización revolucionaria de trabajadores que dirija el movimiento de masas, planteamos impulsar asambleas populares que vertebren una Asamblea Popular Nacional como expresión del poder proletario. De esta manera podremos desafiar al poder de la burguesía que explota y masacra inmisericordemente.

A militar en estos objetivos de clase, bajo la bandera liberadora de la revolución socialista, llamamos especialmente a la juventud trabajadora y estudiante.

¡Viva la huelga indefinida de Islay!

¡Luchar por un Gobierno Obrero y Popular!


11.05.15

Revolución Permanente


1 de mayo de 2015: ¡Por una Internacional obrera bajo la bandera roja de la revolución comunista!

En numerosos países los trabajadores celebrarán el 1 de mayo de 2015, día internacional de lucha de la clase obrera, bajo condiciones difíciles, o incluso no podrán celebrarlo en absoluto.  Por todo el mundo el mantenimiento del capitalismo entraña desempleo, explotación, guerra, fascismo, opresión, miseria, destrucción del medio ambiente, oscurantismo… La apreciación de Lenin sobre el capitalismo en declive, "el imperialismo es la reacción en toda la línea", está confirmada.

La crisis capitalista mundial de 2007-2009 fue temporalmente remontada sobre las espaldas de la clase obrera mundial. De una parte, el Estado burgués salvó a sus bancos y a sus grupos industriales, endeudándose.  De otra, los dueños del mundo, al basarse en el Estado burgués nacional, aumentaron la explotación (aumento de la intensidad y del tiempo de trabajo, congelamiento de los salarios, disminución de las pensiones e indemnizaciones de desempleo, etc.).  La recuperación resultante benefició pues a los más ricos: por primera vez el 1% más rico de la población mundial posee más de un 50% del patrimonio de la humanidad. Con esta prórroga, la especulación financiera se restableció estupendamente. Pero el crecimiento capitalista mundial sigue siendo frágil: muchos países de Europa no retornaron a su nivel de producción de 2008;  los "países emergentes" ven su crecimiento retardarse globalmente (Brasil se estanca, Rusia cae en la recesión).

Las potencias imperialistas colaboran en la ONU, el FMI, la OMC, etc. para seguir explotando a los países dominados.  Intentan montar bloques económicos de unos contra otros: Tratado de Libre Comercio Norteamérica/Unión Europea, Unión Económica Eurasiática contra la Unión Europea; Acuerdo de Asociación Transpacífico contra China, Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión contra Rusia, Banco Asiático de Inversión en Infraestructura contra Estados Unidos...

Más peligroso aún, las alianzas militares oponen los viejos imperialismos y sus aliados (OTAN, Tratado de Cooperación Mutua y de Seguridad entre Estados Unidos y Japón) a las de los imperialismos emergentes chino y ruso y su periferia (Organización de Cooperación de Shangai, Organización del Tratado de Seguridad Colectiva). El militarismo amenaza a la humanidad: el gasto militar ascendió a 1.800 millones de dólares el 2014. En el Pacífico las tensiones se incrementan entre los Estados Unidos, China, Japón y Corea del Sur. Las guerras por el poder hacen estragos en Asia del Oeste y en Europa del Este. En todos los continentes se azuzan el nacionalismo, el fundamentalismo religioso y el odio racial. Frente a las costas de Europa decenas de miles de refugiados se ahogan cada año.

Las potencias imperialistas son las mayores organizaciones terroristas y criminales. Utilizan la resistencia contra sus crímenes en otros países como excusa para justificar nuevas intervenciones militares, perseguir a los trabajadores inmigrantes, discriminar a los musulmanes, disminuir las libertades y espiar a su propia población.

En Ucrania, las contradicciones inter-imperialistas pesan con un cinismo y una brutalidad inauditos sobre la espalda de los trabajadores y las minorías nacionales.  La restauración del capitalismo en la URSS y su dislocación condujo a la formación estados seudo-independientes, que no son más que peones en manos de las potencias imperialistas occidentales y de los nuevos imperialismos ruso y chino.  Los imperialistas europeos buscan, por medio de la UE, atraer a estos países a su órbita.  El imperialismo norteamericano busca, con la OTAN, cercar y debilitar a su rival ruso.  Éste es más débil, pero ejerce una fuerte presión sobre su periferia y se reveló capaz de impedir el bombardeo norteamericano y francés en la Siria controlada por el sangriento tirano Assad.

La actitud de las potencias imperialistas ante el inicio de revoluciones el 2011 en África Septentrional y en Asia del Oeste, pone de manifiesto que todos los discursos sobre la democracia y los derechos humanos son una pura y simple burla. Los Estados Unidos continúan subvencionando a Israel, que destrozó de nuevo masivamente a los palestinos en Gaza.  En Egipto, Obama sigue financiando a la Junta Militar del general Al Sissi, que reprime a los islamistas y a los centristas. En Siria, el régimen del Baas solo se ha salvado gracias a la guerra contra la población (incluida la química) y a los extranjeros (los pasdarans enviados de Irán y sus aliados de Hezbollá en el Líbano).  La rebelión ha pasado a manos de los movimientos clericales sunitas que gozan del apoyo de Turquía y de las monarquías del Golfo, aliados de los Estados Unidos.  La intervención imperialista occidental bajo pretextos antiterroristas en Irak (1991 y 2003) y bajo pretextos humanitarios en Libia (2011), debilitó la economía y dislocó al Estado burgués.  El resultado fue la división del país y la guerra civil.  Los aprendices de brujo norteamericanos dejaron el poder en Irak a una camarilla burguesa chiita que ha oprimido violentamente a los sunitas.  Los sunitas iraquíes han pues tomado mucho al Estado Islámico-Daech como una protección.  Los recientes bombardeos de los imperialistas occidentales y las exacciones de las milicias chiitas no hacen más que reforzar la autoridad de los yihadistas sobre la población del "Califato" (y sobre las minorías musulmanas de los centros imperialistas).

Los islamofascistas destruyen las organizaciones obreras, defienden la propiedad privada, suprimen las libertades, convierten a las minorías religiosas en cabezas de turco, las persiguen o incluso las exterminan. Cuando la fracción clerical de la burguesía se apodera de un Estado, capitula inmediatamente ante las grandes potencias (Turquía) o termina por hacerlo (Irán).

En América Latina, los capitalistas locales y sus aliados internacionales intentan también pasar a la ofensiva. En Brasil los partidos burgueses y los grupos fascistas aprovechan el aumento de los precios y de la corrupción para movilizar a la pequeña burguesía contra el Gobierno de Frente Popular constituido por el PT desacreditado; los grupos petrolíferos norteamericanos prevén aprovecharse de una eventual privatización de la compañía petrolera pública Petrobras. En Venezuela hay una ola creciente de manifestaciones contra el Gobierno nacionalista burgués de Maduro. La burguesía pro-imperialista espera que los trabajadores, decepcionados por el "socialismo del siglo XXI", se mantendrán pasivos ante un ataque frontal contra el gobierno.

Allí donde el movimiento obrero subsiste, las burocracias sindicales y los partidos obreros burgueses, ayudados por los centristas, desarman a los trabajadores y a los jóvenes, y preparan las derrotas, sirviendo a su propia clase capitalista.  Un reciente ejemplo es Grecia donde Syriza, un partido resultante de la fusión entre un ala del estalinismo y los seudo-trotskistas, formó un gobierno de frente popular con ANEL, un partido burgués clerical anti-inmigrantes, para preservar el Estado burgués y hacer reembolsar por los trabajadores la deuda de la burguesa griega.

Los socialdemócratas y los estalinistas de los Estados Unidos (y del mundo entero) apoyaron las dos candidaturas sucesivas del Partido Demócrata.  Obama no cerró Guantanamo, no fue capaz de instaurar una verdadera protección social médica, envía a los portaviones a bombardear en Irak y Siria, tolera los asesinatos de negros por la policía...

Para la clase obrera de todos los países y continentes, se vuelve cada vez más urgente no solo resistir activamente a la brutalidad y la agresividad crecientes del capitalismo, sino trazar otra vía, la del socialismo. Una nueva Internacional obrera es indispensable para conducir la revolución mundial. Para construirla, para construir en cada Estado un partido comunista revolucionario internacionalista, es necesario que la vanguardia se agrupe y lleve una lucha resuelta contra las burocracias "reformistas" de todas clases que sueñan con una transición pacífica al "socialismo" en un futuro alejado o con una "humanización" del sistema capitalista.

La construcción de esta nueva dirección revolucionaria no puede hacerse sino bajo la bandera roja de la revolución permanente; una revolución socialista que responda a todas las tareas que la burguesía imperialista y reaccionaria no puede resolver ya: la realización de la autodeterminación de los pueblos; la eliminación de la división de la clase obrera por criterios religiosos, étnicos o sexuales;  la eliminación de la gran propiedad de la tierra;  la separación completa de las religiones y el Estado, etc.  Son todos elementos esenciales de la revolución socialista, de un mundo sin explotación, opresión y oscurantismo; de la “libre asociación de productores”.


1 de mayo del 2015

Colectivo Revolución Permanente
(Francia, Austria, Perú)
Movimiento al Socialismo
(Rusia)