febrero 14, 2013

¡Abajo la intervención del imperialismo francés en Malí!


Un estado maliense decadente, un gobierno impotente

El presidente Amadou Toumani Touré, corrupto y especulador, fue derrocado el 22 de marzo de 2012 por un golpe de suboficiales apoyados por soldados del Ejército derrotado en el Norte.  El golpe mismo se produjo mientras una amplia movilización de las mujeres de los soldados y de trabajadores de Bamako se manifestaba contra el poder.  Un gobierno provisional, laboriosamente reconstituido a continuación bajo los auspicios de los gobiernos de África  Occidental agrupados en la CEDEAO, con el imperialismo francés como padrino, se reveló incapaz de poner fin al avance de los islamistas en el Norte y nunca ha encontrado legitimidad política ante las masas.  Con la dislocación del Ejército, el cuerpo de funcionarios desacreditados, el refortalecimiento de la dictadura de ATT, y la masa de los soldados, era todo el aparato del Estado el que se desmembraba.

Las verdaderas razones de la intervención del imperialismo francés

Desde hace meses, el imperialismo francés trabaja para restaurar un orden compatible con la continuidad de los asuntos en Malí.  Han sido Hollande y su gobierno quienes, después de haber jurado en Dakar en octubre pasado que "la Francáfrica se ha terminado", defendieron y obtuvieron de la ONU una moción que autoriza una intervención militar.  Pero el gobierno pensaba poder ahorrarse mayores gastos dejando a las fuerzas armadas de la CEDEAO, entrenadas y ampliamente equipadas por él, actuar por su cuenta.  La brutal agravación de la situación militar forzó al marionetista a pasar al frente del escenario.
Como siempre, es con las plumas de la defensa de la democracia que todos los imperialismos cubren sus operaciones.  Ese fue el caso para justificar la guerra en Irak, la guerra en Afganistán, en Libia, este es aún el caso hoy para Malí: "nuestra intervención no tiene otro objetivo que la lucha contra el terrorismo", declara Hollande el 12 de enero.  Realmente, Malí, como Costa de Marfil, donde el imperialismo francés también intervino en 2011, constituye una pieza matriz de su dispositivo postcolonial en África.  Cada posición está en juego en la lucha que opone a los distintos imperialismos, en África como en cualquier parte, y es la razón esencial que justifica la intervención francesa.  Los recursos mineros de Malí, básicamente situados al Norte y al Este: petróleo, gas, uranio, oro, fosfato, piedras preciosas, aún ampliamente inexplotados, atizan las codicias de todos los imperialismos.

¡Abajo la unión nacional en torno a la intervención militar!

Todos los partidos burgueses (UMP, UDI, MoDem, FN, PRG, EELV) apoyan la operación.  "Era hora de actuar para obstaculizar al establecimiento de un Estado narcoterrorista" declaró Copé, mientras que para Fillon "la lucha contra el terrorismo exige la unidad de la Nación más allá de las divisiones partidarias".  Para el FN, "la intervención francesa en Malí, decidida este día por el Presidente de la República, debe apoyarse en la medida en que nuestro país fue llamado en su ayuda por el gobierno legítimo de Malí...".
Los partidos procedentes de la clase obrera ligados a la defensa del capitalismo francés y sus posiciones en el mundo, los partidarios del patriotismo económico, se niegan a condenar o lo apoyan abiertamente.  El PCF sostiene: "una intervención internacional era urgente y necesaria".  Se preocupa por el Ejército francés: "La intervención militar francesa implica grandes riesgos de guerra y estancamiento..." y habría preferido permanecer en la versión inicial del imperialismo francés, una intervención por intermediarios:  "El PCF recuerda que la respuesta a la solicitud de ayuda del Presidente de Malí habría debido inscribirse en el marco de una misión de la ONU y la Unión Africana, realizada bajo bandera de la ONU, por fuerzas malienses y africanas, en estricto cumplimiento de la Carta de las Naciones Unidas..."  El PdG no se opone tampoco al bandolerismo de su burguesía: para Mélenchon, si "el interés de una intervención militar exterior para solucionar el problema planteado al norte de Malí es discutible", es la forma la que plantea problema: "decidir solo, sin consultar previamente ni al Gobierno ni al Parlamento, es condenable".  Por el PS, Harlem Deseo declara: "Expreso nuestra solidaridad con el pueblo maliense y nuestro apoyo más completo a nuestras fuerzas armadas".

Por la movilización obrera contra la intervención militar

No hay solución para el pueblo de Malí con las bandas islamistas o con el Ejército francés.  Ante la quiebra completa de la burguesía y el Ejército, vendidos al imperialismo francés, las masas no pueden defender sus reivindicaciones fundamentales y trazar un camino para el país más que organizándose y armándose, para tomar ellas mismas el poder, constituir su Gobierno Obrero y Campesino y abrir la vía de los Estados Unidos Socialistas de África.  Hace falta en Malí un partido obrero revolucionario que combata por estos objetivos.
En Francia, donde la clase obrera comprende decenas de miles de trabajadores originarios de Malí, y cuya juventud incluye numerosos alumnos de secundaria y estudiantes venidos de Malí o descendientes de malienses, la primera solidaridad con los obreros y los campesinos malienses es combatir a su propia burguesía rapaz, impedir por la acción de masas (manifestaciones, huelgas, bloqueos de transportes, etc.) la intervención militar de los mercenarios del imperialismo francés.  Tal es la responsabilidad de las organizaciones sindicales y de los partidos que se reclaman de los trabajadores.

17 de enero, 2013

Colectivo Revolución Permanente (Francia, Austria, Perú)
Comité Comunista Internacionalista – Trotskista (Francia)


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