noviembre 16, 2012

Editorial Revolución Socialista # 8 - Noviembre 2012

Médicos, maestros, enfermeras, trabajadores de la salud y la educación, estudiantes y otros sectores, han estado y están movilizados por sus derechos durante las últimas semanas. Los trabajadores y el pueblo no descansan enfrentando a los políticos que en años anteriores se presentaran como alternativa burguesa a la política neoliberal, para luego anunciar abiertamente que emprenderían un gobierno similar a sus antecesores.

Tras el callejón electoralista sin salida del “mal menor” los explotados siempre reasumen la vía realista de la lucha, como en el caso del pueblo cajamarquino que no permitió su aplastamiento. El camino es el del fortalecimiento y las victorias: el de la organización democrática de masas, el frente único, el combate sin tregua por conquistar las reivindicaciones, y no el de los paros simbólicos, las componendas y las traiciones burocráticas. El camino es el de las huelgas indefinidas, masivas y consecuentes, y no el de las migajas insultantes como en el caso de la huelga del Sutep y la dirigencia oportunista de Patria Roja.

Una política de frente único de los trabajadores está sustentada en un elemental principio clasista: la independencia política, es decir la elaboración de una plataforma, la creación de una organicidad y la práctica de una política completamente ajenos a los intereses del enemigo capitalista y su gobierno, contando sólo con las organizaciones del campo de los oprimidos, con desarrollar organismos de poder, con unas demandas y consignas que representen genuinamente los intereses de la clase obrera, el campesinado y el pueblo.

Esta no es la política de la dirección de la CGTP, que debería encabezar las luchas de frente único. Su obsecuencia ante el gobierno burgués de Humala deja a su suerte a todos los sectores movilizados. Cada gremio, provincia o región debe pelear aislado de sus hermanos de clase y del resto de los pueblos del país. La burocracia de la Central, bajo los apelativos de PC y Patria Roja, supuestos y falsos “partidos comunistas”, sólo promueve movilizaciones mediatizadas cuando se trata de negociar con el gobierno su cuota de poder en instituciones estatales (algo que no beneficia a los trabajadores sino a la propia burocracia) y cuando forma parte de sus proyectos electorales subordinados a la burguesía (caso de Gana Perú).

Así, dedica el tiempo a vivir a la cola de los partidos patronales. Antes del Ollantismo y Susana Villarán en Lima. Ahora nuevamente de Villarán, pero también de Lerner Guitis y Carlos Tapia en “Fuerza Ciudadana”. Conforma el MAS con elementos pequeñoburgueses y prepara alianzas con esos movimientos como Tierra y Libertad. Toda esta concepción de “Frente Amplio”, vale decir de sumisión a organizaciones y programas de la burguesía, significa la viejísima política de claudicación y derrota del movimiento obrero y popular. Los trabajadores no podemos esperar nada clasista de los viejos partidos estalinistas que siempre nos traicionaron, pero podemos luchar por imponer la ruptura de la CGTP con el gobierno reaccionario.

Mientras Mario Huamán y Gregorio Santos reanudan desesperadamente la búsqueda de un proyecto electorero tras sectores de la burguesía, mientras el gobierno se enseñorea del campo libre que le deja la burocracia y continua asesinando pobladores por todo el país, los revolucionarios nos dirigimos a los activistas más honestos y decididos para instarlos a luchar juntos en la perspectiva de una Asamblea Popular Nacional como órgano de poder de los explotados, y de la construcción de un partido obrero revolucionario que conduzca ese combate a la consecución de todo el poder político.

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